PREMIO DE POESÍA: Se declara desierto.
PREMIO DE PROSA: Moisés Jiménez Sevilla (2º Bach. A) por Las velas.
Las vidas humanas son como el fuego. Algunas se convierten en incendios forestales y destrozan hectáreas de bosques, otras se convierten en fogatas y calientan a poblaciones enteras. Sin embargo, la mayoría somos simples velas. Ninguna es igual, pero todas tienen el mismo final, sus llamas siempre se apagarán y serán sustituidas por otras. Desgraciadamente algunas terminan apagándose por un poco de viento antes de que su cera se acabe. Al final las velas solo serán recordadas por aquellos a los que iluminaron, nunca por nadie más. Es imposible luchar contra el destino, una vez que se encienda la llama se extinguirá de una manera o de otra. Es por eso que la oscuridad sin el calor del fuego es el mayor miedo humano.
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