viernes, 10 de enero de 2014

Crítica literaria de Alba Omañas Ortega

La ladrona de libros, de Markus Zusak

Novela publicada en 2005, que ganó en 2007 el premio Michael L. Printz y que durante 2009 estuvo durante 109 semanas en la lista de los mejores best-sellers infantiles del New York Times. En España se puede encontrar en la editorial Lumen.



Una novela preciosa, tremendamente humana y emocionante, que describe las peripecias de una niña alemana de nueve años desde que es dada en adopción por su madre hasta el final de la II Guerra Mundial. Su nueva familia, gente sencilla y nada afecta al nazismo, le enseña a leer y, a través de los libros, Rudy logra distraerse durante los bombardeos y combatir la tristeza. Pero es el libro que ella misma está escribiendo el que finalmente le salvará la vida. «La esperanza de Liesel es inexpugnable... Los lectores jóvenes necesitan este tipo de alternativas a la rigidez ideológica, así como exploraciones sobre la importancia de las historias. Y, pensándolo bien, también los adultos.» (The New York Times)

La obra de este autor alemán adquiere hoy, 10 de enero, especial protagonismo al estrenarse en nuestro país la adaptación cinematográfica que ha dirigido Brian Percival, y que protagonizan Sophie Nélisse, Geoffrey Rush y Emily Watson. 


 


Valoración personal.

531 páginas de exquisita lectura y documentación precisa, donde el autor es tan sumamente hábil que es capaz de conducirte durante esta novela al interior de un mundo donde la muerte cuenta su propia historia en medio de un hostil escenario: La Segunda Guerra Mundial.

Una vez allí te dejará morir a carcajadas haciéndote disfrutar de divertidas peripecias junto con algunos de sus personajes, para un segundo después, con gran maestría, sumirte en la angustia más insoportable haciendo casi que visualices el infortunio tan cruel con que el destino les azota.

Markus Zusak consigue, de forma constante, sembrar una pizca de esperanza entre el caos de una historia contada millones de veces, aunque con la diferencia de que en esta ocasión, él conseguirá hacerlo de una forma tan deliciosa como absolutamente entrañable; todo esto lo conseguirá a través de personajes tan cuidados, que fácilmente te cautivarán para robarte el corazón.

Markus Zusak (Sidney, 1975)

 A mi juicio, un libro de imprescindible lectura, que te conduce a través del personaje a comprender y reflexionar sobre el relativo valor de las palabras y de las cosas, mostrándonos cómo las primeras, en un momento dado, pueden arruinar o ayudar a salvar la vida, y de cómo las segundas pueden pasar de ser insignificantes para algunos, a convertirse, para alguien, en una de las posesiones más preciadas.
La original narradora (la Muerte), la cual se describe a sí misma sin rasgos faciales de calavera, sin hoz y sin guadaña, aunque sí, con hábito negro y capucha, puede llegar a ser en ocasiones algo molesta para según qué lector, sobre todo para los amantes de que no les deshagan la trama antes de su debido tiempo, ya que esta no cesa de adelantar continuamente acontecimientos que aún no sucedieron, supongo que con la intención de incitar de esta manera al lector a desentrañar la manera en la cual se llevaron a término y es que en ocasiones llega a contarnos el final de lo sucedido al comienzo del capítulo, justificándose tras la cualidad de visionar, con la que tan atípico personaje parece ser que cuenta. 

La frase cumbre de esta historia para mi es: “Liesel descubre que Hitler sin las palabras no hubiera sido nada y que por lo tanto, que las palabras son las verdaderas culpables de su desgracia”. Esta frase transmite sobradamente la esencia con la que Markus Zusak impregna cada una de las páginas de esta novela. Enseñando a aquellos/as que están dispuestos a aprender, que algo tan inmaterial como es la palabra, utilizada con maestría, puede cambiar el curso natural de miles de vidas y mostrándonos a su vez los dos posibles caminos tan distintos que al utilizarla se pueden elegir; el que eligió Hitler y que fue el del egoísmo, el cual le condujo a la destrucción ajena y a la postre a la suya propia y el que escogió nuestra protagonista Liesel, el de la generosidad, que no sólo le enriqueció como ser humano si no que de forma inesperada la salvó de la devastación aquella noche en la que Himmelstrasse fue injustamente bombardeado.

Una historia narrada sencillamente de un modo sublime, con un broche a mi juicio indiscutiblemente magistral.

No hay comentarios:

Publicar un comentario