Ante la lectura del tema seis de su libro de texto, se ha planteado al alumnado de 1º ESO A que continúe
CONTINUACIÓN 1
Empezaron a discutir y el rey vino.
- ¿Qué es todo este jaleo?
- Te están robando la leña.
- No la estamos robando, la cogemos prestada.
- No, la leña es mía. Y nadie me la roba.Justo pasó por ahí la princesa Elena, la hija del rey.
- A ver papi, la leña la puedes compartir, que por poco no te va a morir.
- ¡Vale, hija!
- ¿Por qué no los invitas a merendar? Vienen de muy lejos.El rey aceptó y se fueron todos a merendar felices.
(Marina García Garrido)
CONTINUACIÓN 2
- Vale, está más o menos pasable, pero no podéis llevaros la leña.
- ¿Cómo que no?- exclamó fray Perico.
- Pues como que no: esa leña es del rey. ¡No os pertenece!
- ¡Sí nos pertenece: nuestro burro, nuestra leña!
- Ay, en cuanto al burro... sospechamos que sea robado.
- ¡No es robado!
- Bueno, eso habrá que verlo. Si alguien reclama un burro desaparecido os culparé a vosotros.
- Pero nosotros...
- ¡De nosotros nada!- interrumpió el guardia.
- ¡Marchaos, muchachos! ¡Y andad con cuidado, mucho cuidado!Dejaron la leña ahí y se marcharon. Más tarde llegarían a una posada donde descansaron. Pero fray Perico no podía descansar.
- ¡Esto es inútil! ¡Debemos ir ya a por los franceses!
- Paciencia, pronto iremos... pero debemos descansar.
(Manuel Barea Granados)
CONTINUACIÓN 3
Entonces terminaron de
que les registraran las alforjas y fray Perico y el Empecinado le
propusieron a la Santa Hermandad que no le dijeran nada al rey, ni
les multaran. A cambio, ellos les darían la mitad de la leña. El
corregidor dijo que eso era muy poco, que algo más. Bueno, entonces
fray Perico les propuso otra cosa: que también les daban una buena
comida en Aranda de Duero. Y el corregidor estuvo hablando con los
demás guardias y al final aceptaron.
(Lucía Pérez García)
CONTINUACIÓN 4
La Santa Hermandad se
llevó a fray Perico y al Empecinado al palacio real. Allí el rey
les dijo que por robar su leña, eran condenados a muerte.
Justo en el momento en
el que iban a ser ahorcados, algo increíble pasó. El burro, saltó
a la plataforma donde fray Perico y el Empecinado iban a ser
ahorcados, y empezó a dar coces, provocando que los guardias se
desmayasen y rompiendo las cuerdas que tenían atadas. Los dos se
subieron al burro y este empezó a correr muy rápido, dejando atrás
el reino.
(Alejandro Aragón Rojas)
CONTINUACIÓN 5
Mientras hablaban, de repente, se
escuchó una voz grave:
- ¿Qué pasa aquí? ¿Quiénes son estos? -dijo el rey.
- ¡Oh, majestad! Estos son unos muchachos que vienen a dejar leña -explicó.
- ¡Hola, su majestad! -dijo fray Perico. ¿Podríamos dejar esta leña?
- Sí, claro... -dijo, sospechando el rey.
- Gracias, majestad.
- Pero, esperad... ¡Ese burro! -exclamó.
- ¿Qué? ¿Qué pasa con el burro?
- ¿Que qué pasa? ¡Que es robado!
- Pues claro que no -dijo fray Perico preocupado.
- ¡No le mientas a tu rey! -gritó.
- ¡Nos van a ahorcar!
- Pues claro. Recoged la leña y traed a los chicos al palacio. Dentro de poco ya no volverán a robar -dijo enfadado.
(Luna Castillo Soeters)
CONTINUACIÓN 6
Ellos cuando ya lo habían registrado
les hicieron a fray Perico y al Empecinado una propuesta:
- Os haremos una propuesta -dijo uno de los alguaciles, con un tono de voz algo alto y grave.
- ¿Sí? ¿Cuál?
- Os llevaréis la leña a Aranda de Duero, pero antes iréis a disculparos al rey.
- ¡Vamos! -dijo fray Perico.
- ¡Venga! ¿A qué esperáis? -replicó el Empecinado.
- ¡A mí no me repliques ni subas el tono!
Todos ellos se fueron hacia donde
estaba el rey.
- ¡Hola, mi majestad! -dijo fray Perico.
- ¡Hola, fray Perico! ¿Qué sucede?
- Mire, mi majestad. Nosotros habíamos venido de Salamanca hasta aquí con el asno para coger leña y después ir hacia Aranda de Duero, pero antes de irnos nos dio el alto la Santa Hermandad -trató de explicar el Empecinado.
- ¿A coger leña? -preguntó el rey.
- Sí.
- ¿Y... para qué queréis la leña?
- Mire, necesitamos leña para poder refugiarnos en nuestro molino y con la leña, hacer una hoguera.
- ¿Una hoguera? ¡De eso nada! -golpeó con fuerza el rey una mesa que se encontraba frente a él. La leña se queda aquí.Los dos amigos asintieron con la cabeza, se dieron la vuelta, se montaron en el burro y se fueron más firmes que un palo.
(Daniela García García)
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