Nuestra inquieta alumna de 4º ESO B, Raquel Martínez Bartolomé, nos ofrece su crítica acerca de la novela Soledades de Ana, del afamado autor de literatura juvenil Jordi Sierra i Fabra. Esta obra, que pertenece a la colección Algar Joven (Alcira, editorial Algar, 2005) la podéis encontrar en el departamento de Lengua del instituto. ¡Ojo! Raquel, en su análisis y comentarios, destripa el final. Así que, atención con el aviso de "spoiler".
La
trama del libro que he leído relata la historia de Victoria por
encontrar la razón y el sentido de la muerte de su hermana Ana al
quedarse embarazada en plena adolescencia.
Bajo
mi punto de vista el relato me ha gustado bastante, porque denuncia
una realidad que pasa con la mayoría de las adolescentes que se
quedan embarazadas tan pronto, sin medios ni recursos para seguir
adelante: solo la ayuda de los padres, y a veces por circunstancias,
ni siquiera eso.
Es
frecuente que a pesar de la protección de los padres ante la
inmadurez de las chicas y chicos adolescentes, estos no tomen las
medidas preventivas adecuadas, que es lo que a Ana le ocurre.
El
libro, para mi gusto, es tan trágico como interesante: no solo
denuncia varios aspectos sobre el embarazo en adolescentes sino que
detalla varios factores de la sociedad, que influyen y que no
facilitaron en su momento las cosas a Ana, como puede ocurrirle a
cualquier chica.
¿De
quién fue la culpa? De ella por no tomar medidas, de sus padres por
proteger y prohibir en vez de aconsejar, del farmacéutico que no le
vendió protección, de la médica que no quiso darle la pastilla del
día después, o de la propia hermana por no estar a su lado en la
edad más difícil……en mi opinión dando respuestas a estas
preguntas, aún no sabría cuál elegir de ellas; lo que tengo claro
es que en todos los casos que ocurren estas situaciones, no solo la
culpa es de ambos adolescentes sino incluso de personas de tu propio
ambiente.
(Aquí comienza el spoiler. Sáltate esta parte si no quieres saber el final)
Personalmente,
hubiera elegido otro final para el libro donde en vez de que Victoria
se fuera a Londres de nuevo, en su posición yo no me hubiera
conformado con investigar y averiguar la verdad, al saber los
posibles culpables de dicho embarazo y aborto. Estoy segura de que
habría denunciado esto sin dudarlo y habría hecho lo posible porque
se hiciera justicia con mi hermana.
Mi
conclusión es que la educación sexual debería ser prioritaria a
cierta edad para evitar precisamente lo denunciado en el libro, y lo
recomiendo sobre todo a personas que se encuentran en la etapa de
la adolescencia.
Raquel Martínez Bartolomé (4º ESO B)
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