sábado, 22 de febrero de 2014

"Estos días azules y este sol de la infancia..."


(De Wikipedia)


Hoy se cumplen 75 años del fallecimiento en Colliure (Francia) de Antonio Machado. En nuestro blog queremos rendirle un sencillo homenaje, más allá de su inclusión en los planes de estudio y la lectura obligada de sus poemas. Así que os ponemos este enlace para ir descubriendo sin prisas a uno de nuestros mejores poetas:


Cabe recordar también la vinculación que tuvo con la provincia de Jaén, en concreto con la ciudad de Baeza donde vivió siete años como profesor de gramática francesa en su instituto de bachillerato (actual IES "Santísima Trinidad"). 

Casa de Machado en Baeza (De Wikipedia)

Antonio, nacido en Sevilla pero madurado en Castilla, dejó un legado inapreciable y es testimonio de una época que, al igual que el momento presente, vivía en crisis, aunque en la actualidad echemos de menos la presencia de intelectuales como Machado. En vísperas de la celebración del Día de Andalucía, recogemos aquí este retazo andaluz de nuestro poeta universal:

¡Viejos olivos sedientos
bajo el claro sol del día,
olivares polvorientos
del campo de Andalucía!
¡El campo andaluz, peinado
por el sol canicular,
de loma en loma rayado
de olivar y de olivar!
Son las tierras
soleadas,
anchas lomas,
lueñes sierras
de olivares recamadas.
Mil senderos. Con sus machos,
abrumados de capachos,
van gañanes y arrieros.
¡De la venta del camino
a la puerta, soplan vino
trabucaires bandoleros!
¡Olivares y olivares
de loma en loma prendidos
cual bordados alamares!
¡Olivares coloridos
de una tarde anaranjada;
olivares rebruñidos
bajo la luna argentada!
¡Olivares centellados
en las tardes cenicientas,
bajo los cielos preñados
de tormentas!...
Olivares, Dios os dé
los eneros
de aguaceros,
los agostos de agua al pie,
los vientos primaverales,
vuestras flores racimadas;
y las lluvias otoñales
vuestras olivas moradas.
Olivar, por cien caminos,
tus olivitas irán
caminando a cien molinos.
Ya darán
trabajo en las alquerías
a gañanes y braceros,
¡oh buenas frentes sombrías
bajo los anchos sombreros!...
¡Olivar y olivareros,
bosque y raza,
campo y plaza
de los fieles al terruño
y al arado y al molino,
de los que muestran el puño
al destino,
los benditos labradores,
los bandidos caballeros,
los señores
devotos y matuteros!...
¡Ciudades y caseríos
en la margen de los ríos,
en los pliegues de la sierra!...
¡Venga Dios a los hogares
y a las almas de esta tierra
de olivares y olivares!

("Los olivos I")



Murió en el exilio y en su chaqueta tan solo se encontró un trozo de papel con algo que parecía el inicio de un poema: "Estos días azules y este sol de la infancia...".

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