Conforme entramos a la biblioteca, a mano izquierda, ahí, escondido pero cierto como él solo está parte del fruto de la actividad que desarrollamos hace unas semanas con la poetisa Isabel Balsas.
Son retazos de vivencias que marcaron a estos jóvenes poetas, a estas incipientes poetisas, y que han sido arrancados de su memoria para presentarse a la observación pública.
Sin pudor, pero con el debido anonimato.
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